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miércoles, 25 de agosto de 2010

Historia de un Punto



“Tú no puedes estar ahí” 
Fue lo primero que escuchó al nacer, no sabía muy bien porque estaba ahí, ni sabía quiénes eran sus padres, ni su creador, solo sabía dónde estaba.

Se encontraba entre la palabra “mañana” y la preposición “ante”, punto no entendía nada, se hallaba en un lugar absurdo, sin sentido. De su poco tiempo de vida, observó más ampliamente su entorno, el estilo de letra era una Times New Roman normal, de tamaño 12, el contexto, para él no existía.

Le preguntó a la palabra “mañana” que significado tenía, le contestó que dependía del lugar que ocupase en la frase, no era lo mismo “mañana te veo” que “hasta mañana no nos vemos” Punto se intentó acercar a esta palabra, pero cuanta fue su sorpresa, que al aproximarse, ésta la desechó diciendo que ése no era su lugar, que un punto detrás de mañana, cambiaba la frase y no quería dejar de tener sentido.

Apenado y sudoroso el punto se acercó a la preposición. “Ante” tenía dudas de su existencia ¿A ti quien te ha puesto aquí? ¿Eres consciente de que tú ahí no debes estar? Punto le preguntó sobre la importancia de “ante” para su entorno.  Le explicó que pertenecía al selecto grupo de las preposiciones, privilegiados por poder dar sentido a las frases. Punto decidió preguntar a “ante” si quería ser acompañado por él, “ante” se enfadó mucho, le explicó que el solo con un punto perdía todo su ser y tendería a desaparecer.

Punto volvió a su lugar, no podía tener amistades porque siempre con él acaba algo, nunca podría ir por delante, siempre por detrás y estaba seguro de no poder separarse nunca de ser una bola redonda y asquerosa.

“Tú no puedes estar ahí” 
Volvió a escuchar, mientras, un puntero de ratón lo sujetó y lo trasladó rápidamente por encima del texto, todas las palabras lo miraban asustadas para que no cayera cerca de ellas, pero para punto ese era un viaje maravilloso, un vuelo fugaz por su mundo, por encima de todos, en el que podía leer las frases completas. Ahora todo tenía sentido, no sólo sabía lo que estaba antes y después de él, sino que también podía leer complejas composiciones de palabras.

“Ahí estarás mejor” 
Lo dejaron caer y punto llegó al lado de la palabra “mirada”, al otro lado no había nada, estaba el vacío más absoluto.

“Gracias por venir” 
Le dijo “mirada”, sin ti estaba desprotegida, sólo existía la inmensidad de una hoja en blanco. 

Punto estaba pletórico, se dio cuenta de que no había más orgullo para un punto que cerrar un texto, porque sin él, todo estaba desierto y desprotegido. Gracias a él tenía sentido todo lo demás anterior. Punto ahora formaba parte de algo grande y estaba tranquilo. El escritor, creador, artista o estudioso, lo necesitaba a él y sólo a él, porque sin un punto final, nada en un texto tiene sentido.

domingo, 22 de agosto de 2010

Arrancando esta aventura


Tenía que volver, después de un intento frustrante de controlar tumbr. me he decido por un Blog de verdad, (Sólo basta con ver el tiempo que lleva creado) para saber que tenía ganas de llevarlo a cabo.

¿Y que se podrá leer por aquí? Pues no se, un poco de todo, de mis inquietudes, escritos, esperanzas o sueños.

Arranca este Blog "Sentados para hablar" que desde hoy es mi hueco 2.0 y el tuyo si decides acompañarme. Bienvenido!!!