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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Verdades como Puños


Vivimos en una sociedad en la que para triunfar bastaba con poner un ladrillo encima de otro, tener un par de contactos y construir casas en tu pueblo. Hasta ahora, el que tenía padrino entraba en política, sin más formación que la de “trepa todo lo que puedas”. Hemos construido una sociedad absurda, en la que hasta para ser barrendero pedíamos idiomas extranjeros y los de aquí, renunciaban al castellano. Las comunidades autónomas han jugado al “en mi casa todo más y mejor” y se han realizado obras y actuaciones innecesarias por el mero hecho de hacer una “inauguración con foto”. Se ha formado gente a granel buscando únicamente las estadísticas europeas para que no nos quitasen las subvenciones. En esta sociedad más de la mitad de población cobra de lo que genera el resto, resultado, desequilibrio. 


En resumen, el sistema predominante hasta el momento se articula inviable, para ayer, hoy y futuro. No sé qué tiene que cambiar, no soy economista, ni sociólogo, ni político. Lo que está claro es que somos nosotros, los que estamos metidos de lleno dentro de este sistema, a si que igual que en las civilizaciones antiguas se evocaban a las musas para la inspiración de las artes, que sean estas musas las que nos den creatividad suficiente para “campear” esta situación y cambiar.